La Meta de Convertir a México en la Décima Economía Mundial: Un Reto Ambicioso pero Alcanzable
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La reciente meta anunciada por la presidenta Claudia Sheinbaum, de convertir a México en la décima economía más grande del mundo para el final de su administración, representa un objetivo ambicioso que puede tener implicaciones positivas, no solo para el crecimiento económico, sino también para la generación de empleos y la reducción de la pobreza.
Este plan reconoce algo crucial: el crecimiento económico es un elemento fundamental para construir bienestar, reducir desigualdades y fortalecer la capacidad del sector público para invertir en áreas esenciales como educación, salud, seguridad y justicia. Sin embargo, también plantea retos enormes que México debe superar para alcanzar este objetivo.
¿Qué se necesita para crecer al 6% anual?
Para que México logre un crecimiento sostenido del 6% anual, la economía tendría que multiplicar por siete su tasa de crecimiento promedio de los últimos seis años (0.8%). Esto nos remonta a la época del Desarrollo Estabilizador (1954-1970), cuando el país logró un crecimiento promedio anual del 6,5%, impulsado por una combinación de políticas públicas consistentes, inversión estratégica y estabilidad económica.
La comparación con ese período es alentadora, pero las condiciones actuales son diferentes y más complejas:
Bajo crecimiento reciente: Entre 1988 y 2018, el crecimiento promedio fue de 2.4% anual, y en los últimos años, la economía ha perdido impulso. Atraer inversión será clave para revertir esta tendencia.
Condiciones externas adversas: El impacto de las políticas y decisiones de socios comerciales como Estados Unidos, particularmente durante la administración de Donald Trump, complican el panorama, especialmente en áreas como comercio y migración.
Inconsistencias en políticas públicas: La confianza de los inversionistas se ve afectada cuando las políticas públicas no son claras o consistentes.
La relacion entre crecimiento y pobreza
La gráfica mencionada en el artículo, que muestra cómo el crecimiento económico contribuye a reducir la pobreza, subraya la importancia de reactivar el dinamismo económico. Si bien el crecimiento por sí solo no resuelve problemas estructurales como la desigualdad o la inseguridad, es una base indispensable para generar recursos que permitan abordar estos desafíos de manera integral.
Retos adicionales: Inversión e inseguridad
México necesita aumentar significativamente su nivel de inversión, tanto pública como privada, para lograr este objetivo. Actualmente, el nivel de inversión en México es bajo en comparación con otros países en desarrollo, lo que limita la capacidad de crecimiento sostenido.
Por otro lado, la inseguridad sigue siendo un factor crítico. Según el INEGI, el 61.7% de los mexicanos consideran inseguro vivir en su ciudad, y el 99% de los delitos quedan impunes. Este entorno no solo afecta la calidad de vida de los ciudadanos, sino también la atracción de inversión extranjera y la productividad.
Sí, México ha demostrado en el pasado que puede alcanzar tasas de crecimiento altas. Sin embargo, el camino hacia ese objetivo requerirá esfuerzos extraordinarios y una visión estratégica enfocada en:
Fomentar la inversión mediante políticas públicas claras y consistentes.
Fortalecer el Estado de derecho y combatir la inseguridad.
Mejorar la productividad mediante innovación y capacitación de la fuerza laboral.
Diversificar la economía y reducir la dependencia de los sectores tradicionales.
La meta de convertir a México en la décima economía más grande del mundo no solo es ambiciosa, sino que también podría ser un motor para impulsar un cambio significativo en las prioridades nacionales. Si bien el desafío es enorme, con una estrategia clara, voluntad política y colaboración entre sectores, este objetivo puede convertirse en una realidad.
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