Exigen elevar impuestos a productos nocivos para financiar sistema de salud en México

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Diversas organizaciones de la sociedad civil solicitaron al nuevo gobierno federal, encabezado por Claudia Sheinbaum, implementar un aumento significativo a los impuestos aplicados a productos como bebidas azucaradas, alcohol y tabaco, en línea con la reciente recomendación emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La petición surge a raíz de la estrategia "03 para el 35", presentada por la OMS el pasado 2 de julio, la cual propone que para el año 2035 los impuestos a estos productos representen al menos el 50% de su precio final, con el fin de reducir su consumo y mitigar sus impactos en la salud pública.

La Alianza por la Salud Alimentaria (ASA) —que agrupa a más de 20 organizaciones nacionales— emitió un comunicado en el que urgió al gobierno mexicano a adoptar medidas fiscales más estrictas contra estas industrias, a las que señaló como responsables de una alta proporción de enfermedades crónicas y fallecimientos prematuros en el país.

De acuerdo con el informe "Impuestos Saludables. Más recursos para la Salud Pública", el impacto económico del consumo de estos productos es considerable: el alcohol representa un costo equivalente al 2.07% del Producto Interno Bruto (PIB), el tabaco al 0.57% y el sobrepeso y la obesidad —vinculados con bebidas azucaradas y comida ultraprocesada— al 1.78%. No obstante, los ingresos fiscales provenientes del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a estos productos apenas alcanzan el 0.6% del PIB, una cifra considerada insuficiente para mitigar sus efectos negativos.

“La carga económica y sanitaria asociada al consumo de estos productos exige acciones inmediatas y firmes”, declaró la alianza, que también destacó que tanto el Banco Mundial como la OCDE han respaldado los llamados “impuestos saludables” como una política pública eficaz.

Las organizaciones señalaron que establecer impuestos más altos no solo ayudaría a reducir el consumo dañino, sino también a fortalecer las finanzas del sistema de salud nacional y fomentar una política pública integral que priorice el bienestar de la población.

Entre los objetivos de la propuesta de la OMS se incluyen: reducir la asequibilidad de productos nocivos, aumentar la recaudación para financiar servicios de salud y desarrollo, y ampliar el consenso político y social en torno a la salud pública, involucrando a distintas dependencias, organizaciones sociales y académicas.